Seguramente ya sabías que, si te comparas con un daltónico, no veáis los colores iguales. ¿Pero sabías que eso también te puede ocurrir si te comparas con un chino o un inuit? Sorprendentemente, la percepción del color está influenciada por la cultura y el idioma que hablamos. Y no, no me refiero a que la simbología de los colores es diferente, que también, sino al mero color.
¿Cómo puede ser posible que el color se vea diferente? Pues porque nuestra forma de percibirlos cambia. Mientras que en algunos países los colores se dividen entre calientes y fríos, en otros se categorizan como secos y húmedos. Hay incluso algunos dialectos, como el Dani de Papúa Nueva Guinea o el Bassa de Liberia y Sierra Leona, que sólo tienen 2 palabras para designar a todos los colores del espectro: oscuro y claro.
En Australia mismo, el pueblo Warlpiri ¡no tiene una palabra para color! En lugar de hablar de tonos, se refieren a la textura, la sensación física y la finalidad. Nada que ver con nosotros, ¿verdad?
La percepción del color entre culturas
Otra cosa que a lo mejor sabías ya es que, por ejemplo, los inuit son capaces de ver centenares de blancos distintos. Tienen la vista lo suficientemente entrenada como para detectar esas gradaciones del color, mientras que una persona que no ha visto la nieve en su vida no será capaz de detectar todos esos colores. Esto ocurre porque, aunque nuestro sistema visual sea el mismo, nuestra experiencia cambia según los factores culturales que nos rodean. De hecho, cómo vemos los colores tiene más que ver con cómo nuestro cerebro los interpreta que con la realidad en sí.
Si te cuesta imaginártelo -que es normal, ya que damos por hecho que el color siempre ha estado ahí y es algo que se ve y por tanto es imposible no percibirlo igual que cualquier otra persona-, piensa en cuando comes algo nuevo y no sabrías decir qué ingredientes lleva, mientras que otra persona podría hasta acertar la marca de la mayonesa. Aun así, si sigues teniendo tus dudas, no eres el único. Hoy en día hay todavía un debate abierto sobre si todas las personas distinguimos el mismo repertorio de colores y cómo los comunicamos
Más ejemplos curiosos sobre cómo percibimos el color según nuestra cultura es que en Italia el naranja se consideraba un tono del rojo. Por eso hoy en día en italiano hay muchas expresiones como “pelo rojo” o “peces rojos” que realmente serían mucho más certeras si se usara el término “naranja”. Y lo mismo pasaba con el morado, un color que, hasta hace unos pocos siglos, no empezó a ser considerado un color en sí mismo, sino que se designaba como una tonalidad del negro.
Igual que hablábamos de los tonos de blanco de la nieve de los inuit, pasa lo mismo con el morado en sociedades de recolectores que se alimentan de bayas y donde un mínimo cambio en la tonalidad puede ser lo que marque la diferencia entre una baya venenosa de una que no lo es.
Un experimento de colores
Si todavía tienes ciertos reparos sobre esta teoría, he encontrado un estudio muy interesante hecho a un grupo de ingleses y a un grupo de personas de la tribu de los himbas, donde se analiza esta teoría sobre la percepción del color.
En él, se pusieron juntos colores que para los hablantes de una misma lengua estaban dentro de la misma categoría lingüística, pero que para el otro grupo estuvieran en categorías diferentes. En este caso, los himbas por ejemplo usan una sola palabra para designar el verde y el azul, mientras que en inglés existe tanto green como blue.
Se demostró que, para los hablantes de una lengua que designaban un color con una misma palabra o dentro de una misma categoría, era mucho más complicado detectar diferencias entre colores, mientras que para los otros era muy sencillo.
En este esquema puedes ver cómo denominan los diferentes colores en cada uno de estos dos idiomas. ¿No te parece increíble lo diferente que es?
Los colores favoritos según el país
Por último, aunque no quiero entrar en la simbología del color porque sobre ese tema podríamos crear un blog entero aparte, y podría seguir escribiendo mucho más sobre su percepción, me parece bonito dejarlo aquí y añadir este bonus. Veamos la elección inconsciente que hacemos de nuestro color favorito en función de dónde vivimos.
En Australia se hizo una investigación sobre la percepción del color en diferentes culturas y llegaron a la conclusión de que, efectivamente, esta cambiaba. Sin embargo, lo que más llamó la atención fue la preferencia de colores.
Por ejemplo, probablemente si preguntas a tus conocidos en España, la mitad dirá que su color favorito es el azul cielo. Suele ocurrir. Lo curioso es que en Turquía o China la gente suele elegir colores oscuros como el gris, el negro o el lila, mientras que en Ecuador eligen colores más vivos como el naranja, el verde o el amarillo.
Te animo a que preguntes a varias personas de diferentes países y veas si esto se cumple o no. Una servidora se marcha, una pena, porque esto empezaba a ponerse divertido.