Algunos de vosotros como máximo habrán entendido el 80% de las palabras del título, otros el 60% y deseo de forma apasionada que alguien haya podido entender el título completo. Para aquellos que les falta algún porcentaje, quiero hacer una pequeña introducción de ambas palabras.
La cultura uzbeka proviene de la maravillosa tierra de Uzbekistán. Está situada en el oeste del continente asiático y no sé si pensaréis en un país pequeñito -lo confieso, yo lo pensaba- pero solo tiene 25.000 km2 menos de superficie que España. O sea, como si nos quitaran una gran parte de Galicia (os quiero mucho gallegos, no desaparezcáis).
Es «hija» de la antigua república soviética, pero ha sido fuertemente influenciada por otras culturas como la turca o la persa. De hecho, una gran parte de sus casi 35 millones de habitantes son de origen turco así como rusos, afganos, kazajos… Es decir, este país posee un crisol de culturas diferentes que se pueden ver en sus celebraciones, monumentos o incluso tradiciones. Dentro de una de estas tradiciones encontramos el género musical de Shashmaqam o shashmaqom.
Aquí os invito a que deis al play a esta canción y entréis en materia para el resto del artículo.
Shashmaqom, poemas sobre el amor del de arriba
Como podéis ver en el vídeo, las piezas musicales suelen estar compuestas por una voz principal, acompañada de instrumentos de percusión como el dayra (el instrumento que sostiene el hombre de la izquierda). Sin embargo, en ocasiones puede ser sustituido por una pandereta e instrumentos de cuerda, como puede ser el laúd o el sato. Este es un instrumento mayoritariamente usado en Uzbekistán llamado (el hombre de la derecha está sosteniendo uno).
Estos cánticos se suelen utilizar en celebraciones como en bodas, eventos de gala o en celebraciones, mayoritariamente religiosas. La importancia que adquirió en la cultura uzbeka creció a principios del siglo XX, cuando un miembro de la sociedad moderna musulmana soviética empezó a interesarse por este tipo de música. Escribió entonces un libro llamado «La música clásica uzbeka y su historia» donde este género aparecía abanderando la cultura uzbeka de forma orgullosa.
Sí que es verdad que la historia del Shashmaqom no ha estado carente de tensión. Como comentaba al principio del artículo, Uzbekistán es hija de la república soviética, por lo tanto, su nacimiento y expansión es compartido con países vecinos como Tajikistan. Tanto es así, que en un momento a mitades del siglo XX se prohibieron en ambos países que se distribuyera algún tipo de texto del país contrario.
Esto, sin embargo, ha sido bueno que ha tenido para la expansión de esta cultura que ha llegado a ser nombrada una de las obras maestras del patrimonio cultural oral e intangible de la humanidad por la UNESCO. ¡Poquita cosa!
La verdad es que nosotros nos alegramos con que siga entre nosotros cualquier tipo de cultura, tenga 100 o 1000 años. Reconozco que me ha gustado bastante la pieza que compartía antes y seguramente investigue mucho más acerca de qué dicen.
Si me quieres acompañar en esta búsqueda, nuestro correo siempre está abierto para ti.
Xayr!
