En 2015 estuve un mes viviendo con una familia marroquí en Casablanca. Casualmente, llegué cuando arrancaba el Ramadán, sin saber exactamente qué era y, a medida que pasaban los días e iba descubriendo y entendiendo más y más, me di cuenta de que nadie sabía del todo cuánto iba a durar, porque son unas fiestas que dependen de la posición lunar. Por suerte, pude verlo terminar y disfrutar el Eid al-Fitr (el fin de la celebración tradicional).
El Ramadán es un mes sagrado para los musulmanes. Con el tiempo, se ha convertido en una especie de celebración familiar que podría compararse con nuestras Navidades -aunque ahora veremos las diferencias, que son muchas-.
¿Por qué se celebra el Ramadán?
El principal motivo de esta celebración para los musulmanes es que es un mes que busca la purificación. Gracias a las distintas acciones que realizan y la oración, que se mantienen las 5 veces diarias -con la única diferencia de que en este periodo es todavía más habitual ir a la mezquita y no saltarse ni una sola oración-, se cree que en ese periodo las puertas del paraíso se abren y Alá escucha las súplicas de los creyentes, por lo que es un acto con el que se acercan a Dios.
Es también un momento para volverse más compasivos, empatizar y sentirse como aquellos más pobres que, durante el año, no tienen para comer o beber.
Por último, lo usan para romper malos hábitos, desarrollar su fuerza de voluntad, paciencia y conocerse mejor a sí mismos.
¿Cuándo empieza y termina?
Esta fiesta coincide con el noveno mes lunar -el mismo mes en el que Mahoma tuvo su primera revelación- y dura unos 30 días. Adelantándose cada año unos 11-12 días con respecto al anterior.
Sin embargo, en cada país las estrellas (y con ellas la luna) se ven en una posición distinta, por lo que en Algeria el Ramadán puede terminar 2 días antes que en Marruecos pero 4 más tarde que en Qatar. ¿Te imaginas estar de viaje y celebrar Nochevieja cuatro días antes que el resto de tus amigos?
Además, si tienes la regla, estás embarazada, eres un niño o una persona muy mayor o estás delicado de salud, no ayunas. Sin embargo, en el caso de estar con el periodo, hay que recuperar esos días, alargando el Ramadán (sí, las chicas suelen terminar esta festividad unos 4-5 días más tarde que los chicos). En el caso de las embarazadas, deben ayunar otro mes en el que estén mejor, pero siempre a ser posible antes de que acabe el año.
Cada día, el ayuno empieza y termina en función de la salida y puesta del sol. Por norma general, a partir de las 6:30 se deja de comer hasta las 7-8 de la tarde, que empieza a ponerse el sol. De todos modos, en verano se ayuna mucho más tiempo que en invierno, donde el sol se pone más temprano y el ayuno apenas dura unas 9h.
En aquellos países donde apenas sale el sol o, por el contrario, no llega a ponerse del todo (por ejemplo, algunos países nórdicos), se respeta el horario de La Meca, que no queremos que nadie haga trampas.
¿Qué se puede y no se puede hacer durante el Ramadán?
Aunque durante este mes se puede hacer prácticamente cualquier cosa, es cierto que hay más limitaciones además de no comer ni beber, que son las que todo el mundo conoce.
- No se puede fumar.
- No se pueden tener relaciones sexuales. Ni siquiera está bien visto que se toque a una persona de otro sexo que no sea de tu familia.
- No puedes hablar mal de otra persona a sus espaldas.
- No puedes decir palabrotas.
Lo que se busca con estas “prohibiciones” es eliminar los comportamientos “pecaminosos”, y llevar a cabo sólo buenas acciones. Por eso, este es el mes de la comunidad, en el que se ayuda a vecinos y a los más necesitados. De hecho, aunque esto depende totalmente de la familia, hay casas donde la puerta de la entrada se deja abierta de par en par como símbolo de hospitalidad con el que se invita a cualquiera a entrar y unirse a la comida.
¿Qué se hace en el “desayuno”?
Dato curioso: tanto “desayuno” (des-ayuno) como “breakfast” (break-fast) hacen alusión a “romper el ayuno”, por lo que en Ramadán, a la primera comida del día, aunque sea a las 8h de la noche, siguen llamándola desayuno (iftar).
¿Cómo empieza todo? Las familias se reúnen en torno a una gran mesa baja, casi a ras del suelo, y se sientan alrededor en cojines o colchones que hacen de sofá. Se felicitan las fiestas con un ¡Eid Mubarak! (¡bendito Eid!; ¡santa fiesta!) y se empieza el banquete.
Aunque esto, de nuevo, depende sobre todo de las familias y sus costumbres o nivel adquisitivo, muchas familias comen con las manos y del mismo plato.
Eso sí, aunque la mesa esté a reventar de comida, es muy importante seguir un orden a la hora de romper el ayuno.
Los dátiles son el primer alimento con el que se rompe el ayuno. Después, muchas familias toman harira, una sopa típica árabe de pollo, tomate, perejil, cebolla y cilantro. Una vez se han tomado los dos alimentos más típicos del Ramadán, puede pasarse a los guisos, empanadas, fruta, dulces marroquís, tartas, café y té de menta.
Otras costumbres que acompañan el Ramadán
En países mayoritariamente musulmanes, los horarios de las escuelas y comercios se ajustan un poco para evitar madrugar mucho y que la gente pueda descansar después de pasar la noche en vela comiendo.
Si el desayuno es a las 20h, ¿a qué hora crees que es la comida (suhoor)? Pues a las 2:30 de la mañana, más o menos. Es una comida más copiosa, y suele ser cuscús, tajin o algún otro plato típico del país.
A las 12 de la noche la vida vuelve a las calles, pues durante el día la gente procura descansar y pasar tiempo en casa para no pensar en el calor y el hambre. Las peluquerías abren, los niños juegan al fútbol en la acera, corriendo para darle al balón o evitar algún coche; y los bares abren para que los hombres puedan ir a fumar cachimba.
Pero oye, que para hablar de Ramadán mejor que lo haga alguien que lo practica todos los años, así que te dejo un vídeo por aquí de un youtuber marroquí que explica mejor que nadie el día a día con un encantador sentido del humor.
Una servidora se marcha. Una pena, porque esto empezaba a ponerse divertido.